Pero, ¿cómo se supone que me tengo que tomar eso? No sé nada de ti y ya me traes de cabeza. Debería aprender a vivir sin mirar el reloj, dejar de morder anzuelos que no dejan de ser eso,mentiras disfrazadas de apetecibles oportunidades, como tu boca. Y luego piensas en esa frase: "Que el miedo a fallar no te impida jugar". Y te paras. Tu garganta se va anudando, porque no tienes ni idea de qué hacer. Actuar, dejar que los hechos ocurran, hacer todo a la vez... Pero no voy a asustarme. De hecho, no pienso hacerlo, porque no voy a volver a pasar por lo que un día ya pasé. Basta de dramas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario