Dicen que nadie puede elegir de quién
enamorarse, que el respeto se gana, que el amor se siente, que el extrañar es bueno. La gente sabia dice que no hay que llorar por
el pasado, no hay que preocuparse por el futuro, sólo hay que vivir el presente, hay que
sembrar para cosechar, amar para ser amado, hay que perder para ganar, llorar
para saber sonreír, caer para aprender. Las personas que
saben dicen que hay que confiar en el tiempo, porque suele dar dulces
salidas a muchas amargas dificultades, que el
tiempo es oro. Todos nos dicen que nadie puede dañarnos sin nuestro consentimiento,
que si alguien nos lastima es porque nosotros le otorgamos ese beneficio. Dicen
que el amor no es sufrir, que el amor no es perdonar lo “imperdonable” porque hay cosas que
no se perdonan, no se olvidan, no se borran ni de la cabeza ni del corazón, pero que de esas cosas se acaban aprendiendo para la
próxima. Dicen que uno no aprende hasta que
tropieza, que cometer errores es casi la única manera de aprender algo, que el que no arriesga, no gana y que el que tiene miedo a fracasar, nunca llegará a nada.
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